Las primeras iniciativas españolas para tomar posesión del Sáhara se remontan a los inicios del siglo XIX y son tanto privadas como impulsadas por el estado, aunque hay que señalar que existe una presencia esporádica en la costa que puede rastrearse desde el siglo XV. En una de esas expediciones se insistía en la conveniencia de ocupar los territorios de la costa noroccidental (esto es, el Sáhara) que no estaban en ningún caso “bajo la autoridad del Sultán marroquí”. Sin embargo los principales proyectos de carácter privado para ocupar la región se sitúan en la segunda mitad del XIX. Será en 1883 cuando se cree la Sociedad Española de Africanistas y Colonistas que defendía el establecimiento de factorías españolas en la costa del Sáhara para la explotación pesquera.
El centro colonizador principal sería bautizado como Villa Cisneros. Un año después, en 1884, el gobierno español declaraba el protectorado sobre la costa atlántica entre los cabos Blanco al sur y Bojador al norte mediante un Real Decreto amparado por el reconocimiento que de sus derechos sobre la zona había logrado en la Conferencia de Berlín
El centro colonizador principal sería bautizado como Villa Cisneros. Un año después, en 1884, el gobierno español declaraba el protectorado sobre la costa atlántica entre los cabos Blanco al sur y Bojador al norte mediante un Real Decreto amparado por el reconocimiento que de sus derechos sobre la zona había logrado en la Conferencia de Berlín
Respecto a esto podemos decir que los territorios asignados a España eran menores de los que podía pretender al principio y sus posesiones sobre todo en Guinea se vieron reducidas en beneficio francés.
En la Conferencia de Berlín se establecían dos normas para la colonización de África: La potencia que ocupara un tramo litoral tenía derecho al interior, y el país que se adjudicara un territorio estaba obligado a ocuparlo. Sin embargo, en el caso de España y el Sáhara esa ocupación todavía se limitaba a la costa y periódicamente se producían ataques de tribus saharauis a los establecimientos españoles. Sucesivas expediciones al interior incrementaban las zonas de administración española y sin embargo la fijación de las fronteras en posteriores tratados internacionales (por ejemplo con Francia en 1900) no significó el control efectivo del territorio porque continuaban los asaltos de población nativa.
Los mencionados acuerdos con Francia fijaban las fronteras y el régimen administrativo de las mismas. El tratado definitivo llegó en 1912, donde además se hacia una diferenciación entre Cabo Juby (Villa Bens) que se establecía como protectorado; y el Sáhara que se constituía como una colonia, un territorio donde España tenia libertad de acción. El limite se estableció en el paralelo 27º 40’. La población saharaui de Villa Bens quedaba así separada por un régimen jurídico diferente al del resto de saharauis.
Un aspecto importante para los acontecimientos posteriores es el hecho de que desde la dictadura de Primo de Rivera ambos territorios (protectorado y colonia) se encontraban bajo la Dirección General de Marruecos y Colonias, existiendo dos secciones, una para cada una de las partes. Cuando el organismo se suprima se creará otro con diferente denominación pero lo importante es que la administración de los dos territorios se hacía desde una misma institución. Esta es una de las excusas utilizadas con posterioridad por Marruecos para reivindicar el territorio saharaui: los españoles habían creado una unidad jurídica entre las dos zonas, puesto que los gobernaba el mismo organismo (o persona).
Ya hemos comentado como la ocupación era mas teórica que real, y que la población indígena no estaba en modo alguno “sometida” a los colonizadores españoles. En este sentido es lógico que sea un país, vecino también en las colonias como Francia, quien exija a España en 1933 el cumplimiento de las cláusulas de Berlín, es decir la ocupación del territorio, lo que beneficiaría y pacificaría las fronteras de sus propios dominios.
A partir de ese momento los asentamientos se hacen más seguros, estables y serios. En 1934 se ocupa una zona rica en agua y con posibilidades para la agricultura, y se funda El Aaiun.
Aunque desde los años 30 se ocupa el interior del Sáhara no será hasta el 58-59 cuando se colonice (con contingentes de población) el interior del territorio. Paradójicamente se comienza a colonizar el Sáhara dos años después de que comience el proceso que desmantelaría los imperios coloniales.
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