Ortega y Gasset "La Rebelión de las Masas" 1



Probablemente, la mayor aportación de Ortega en La Rebelión de las Masas sea la de haber “descubierto” y perfilado un nuevo tipo de hombre producto de la increíble aceleración del progreso material y de la difusión de los derechos políticos_, pero cuya existencia hace peligrar tanto al individuo y sus inviolables derechos como a las jerarquías espirituales a consecuencia de la imposición de sus gustos y preferencias en todos los niveles de la cultura_. Esta dura crítica lanzada a lo que él denomina Masa, definida como el conjunto de personas no especialmente cualificadas o “hombres medios” (burgueses corrientes satisfechos de su mediocridad), solo se puede explicar si atendemos al hecho de que para Ortega la solución a los problemas sociales está en la Cultura, entendiéndose por Cultura la Ciencia, y por Ciencia, el sistema normativo que desplaza el talante romántico por un conjunto de leyes puestas al servicio de ideales comunitarios y unos valores universales. Así pues, si la Masa logra suplantar a las denominadas Minorías cualificadas (entendidas como individuos o conjunto de individuos especialmente cualificados para ejecutar operaciones, actividades, funciones del mas diverso orden que son por su misma naturaleza, especiales, y por tanto no pueden ser bien ejecutadas sin dotes también especiales), se entra en lo que Ortega denomina la “Hiperdemocracia”, entendida como una democracia de masas.

Efectivamente en la Rebelión de las Masas, como en muchas otras de sus obras, Ortega deja entrever su preocupación de empedernido liberal, pues si bien es consciente de la necesidad de una democracia que nivele los privilegios y socialice la riqueza, es también de la opinión de “la necesidad de limitar la intervención del poder público para garantizar los derechos de la persona”, y es este mismo talante el que pone en guardia a nuestro pensador contra los excesos de la democracia (plasmados en el ya citado término de “Hiperdemocracia”). Para él, la Masa no contenta con la igualdad política, jurídica y social, que además ha sido lograda por Minorías_, trata de imponer sus preferencias intelectuales, morales y estéticas, valores que el liberalismo ha designado como esferas de acción autónoma y protegida.

Ante todo lo citado, el lector puede hacerse una opinión equivocada sobre la ideología de Ortega, pues si bien es cierto que muchos de los términos que el autor emplea en la obra, términos como “aristocracia”, “Masas vulgares” o “casta inferior del hombre” no ayudan demasiado a evitar recelos, cabe señalar que Ortega nunca sintió afinidad alguna por los Régimenes fascistas como algunos creen entrever, mas bien al contrario dado que el propio Ortega se considera  a sí mismo, socialista._

El término “aristocracia” efectivamente, habría que entenderlo no como el privilegio económico, la nobleza hereditaria o la clase social, sino como lo “selecto del hombre”, es decir, lo que hace mejor al hombre. Así, sí se entiende no solo cuando afirma “He dicho y sigo creyendo cada día con mas enérgica convicción, que la sociedad humana es aristocrática siempre, quiera o no, por su esencia misma” sino, cuando dice “El capitalismo puede definirse como el estado social en el que las aristocracias son imposibles”, es decir: “Solo el socialismo puede engendrar una verdadera aristocracia”. Lo mismo ocurre en lo referente a los términos “Masas vulgares”, “Casta inferior de hombres”, etc, hay que matizar que cuando las utiliza Ortega, lo hace para referirse al burgués corriente, satisfecho con su mediocridad y no para generalizar en modo alguno a la clase social trabajadora: “la división de la sociedad en masas y minorías excelentes, no es, por tanto, una división en clases sociales, sino en clases de hombres, y no puede coincidir con la jerarquización en clases superiores e inferiores […] no es raro encontrar hoy entre los obreros, que antes podían valer como el ejemplo mas puro de esto que llamamos “masa”, almas egregiamente disciplinadas”

Es frecuente encontrar entre los expertos que han abordado el estudio de esta obra, el adjetivo de “profética” para definirla, así, para Thomas Mermall_ y cito textualmente “Ortega fue el gran clarividente de la desmoralización de la vida europea: previó el fracaso del fascismo y del bolchevismo, amonestó contra los desvaríos del nacionalismo a ultranza cuyos horrores presenciamos pasmados estos días. Para hacer frente a estos peligros abogaba por una Unión Europea, cuya realización se encuentra hoy en marcha, aunque en grandes dificultades.”




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